Un alarmante informe titulado “Violencia contra la niñez: Panorama de los últimos 10 años” revela una dura realidad sobre la violencia que enfrentan los niños en Chile. Realizado por el Observatorio Niñez Colunga y el Centro Justicia y Sociedad de la Pontificia Universidad Católica, el estudio se basa en datos oficiales y ha sido capaz de evidenciar la evolución de distintas formas de violencia a lo largo de la última década.
Con una estadística inquietante, se destaca que uno de cada tres niños ha indicado haber sido víctima de violencia física. La violencia intrafamiliar sigue siendo predominante, y a pesar de la disminución en las denuncias durante la pandemia, el número de niños que reportan haber sido agredidos en sus hogares ha crecido. Alarmantemente, el 30% de los encuestados ha sufrido daño físico y un 62% ha sido objeto de insultos.
El informe también expone la crítica situación en espacios públicos, donde un 33% de los niños enfrentó amenazas y un 50% experimentó ataques físicos. Los homicidios entre adolescentes han alcanzado su punto más alto en la última década, con 7,5 por cada 100 mil habitantes, lo que señala un aumento en la vulnerabilidad de este grupo.
La subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao, enfatizó sobre la importancia de intervenir en espacios donde los niños están expuestos a factores de riesgo, como negligencia parental y violencia. En respuesta, se están implementando programas como “Lazos” y “Comunidad Crece” para abordar estas problemáticas de manera integral.
Por otro lado, la violencia sexual ha mostrado cifras desbordantes, con 189 denuncias por cada 100 mil habitantes, disparándose a 642 en el caso de niñas mayores de 14 años. Estos datos ponen de relieve la urgencia de enfocar esfuerzos en la prevención y educación sobre este tema, especialmente ya que un 66% de los abusos son cometidos por personas cercanas.
Las cifras en el ámbito escolar son igualmente alarmantes; un 37% de los estudiantes de cuarto básico reportan haber sufrido maltrato. La violencia física y psicológica ha ido en aumento, con cifras dramáticas que exigen atención inmediata.