La reciente decisión del director general de la Policía de Investigaciones (PDI), Eduardo Cerna, ha generado gran revuelo en la institución y entre los seguidores de la política nacional. A partir de abril, la exjefa de Inteligencia, Cristina Vilches, regresa en calidad de asesora externa, en un contexto marcado por su polémica salida tras el caso Monsalve.
Vilches, cuyo llamado a retiro fue considerado un acto de responsabilidad tras el escándalo generado por las acusaciones contra el exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, regresará bajo un contrato a honorarios hasta diciembre. Esta decisión ha levantado cuestionamientos, especialmente porque Vilches estuvo en el centro de la controversia cuando activó una operación para revisar las cámaras y el recorrido del imputado y la denunciante tras la denuncia de violación.
Algunos expertos y abogados como Luis Cantellano han criticado esta reincorporación, sugiriendo que podría interpretarse como un intento de pagar favores políticos, lo que pone en tela de juicio la integridad de la PDI y su compromiso con la justicia. Aun así, fuentes dentro de la institución han minimizado la situación, asegurando que el contrato es temporal y que Vilches actuó bajo órdenes de Monsalve sin irregularidades.
La controversia se intensifica en un ambiente donde la PDI busca mejorar sus procesos. La pregunta que se plantea es si la llegada de Vilches en esta nueva posición realmente beneficiará a la institución o si, por el contrario, socavará la confianza en su liderazgo. Mientras tanto, la espera por un avance en la investigación contra Monsalve permanece en el aire, dejando a muchos en suspenso.