El desierto de Atacama se ha convertido en un laboratorio único para investigadores que buscan entender la geología de Marte. La similitud de los entornos extremos entre ambos lugares permite a científicas chilenas estudiar procesos geológicos paralelos mediante el Programa ECOS-ANID.
Belén Muñoz, estudiante de doctorado en Geología, junto a un equipo binacional, nota la importancia de inferir la geología marciana a través de técnicas de teledetección. Este proyecto, que se inició hace una década, combina la experiencia de la U. de Chile y la U. de Lorraine, maximizando el análisis de datos provenientes de Marte y la superficie terrestre.
Entre sus logros recientes, está el estudio de depósitos salinos que concluyó que algunas zonas de Marte son tan salinas como ciertas partes de Chile. Las investigaciones continúan con la creación artificial de plagioclasas, extendiendo la colaboración hasta 2026.