En un hallazgo alarmante, una auditoría externa realizada en 2020 ya había advertido sobre fallas en la conexión entre los sistemas eléctricos del norte y centro-sur de Chile, justo en la misma subestación donde ocurrió el masivo apagón del 25 de febrero.
El informe, encargado por el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) a la empresa Energy Systems and Automation (ENSAUT), detectó problemas en las instalaciones de la subestación Pan de Azúcar y recomendó medidas urgentes para reducir riesgos.
Entre los hallazgos más preocupantes, se encontraron ‘fallas en la configuración de protecciones, verificaciones incompletas en los sistemas de control y problemas en el circuito de control de interruptores en la línea de 500 kV entre Pan de Azúcar y Polpaico’.
Según el estudio, los problemas venían desde la interconexión del SIC y el SING en 2017, cuando se construyeron nuevas subestaciones como Pan de Azúcar para igualar la infraestructura de ambos sistemas. Sin embargo, las advertencias de ENSAUT parecieron caer en oídos sordos, ya que el Plan de Recuperación de Servicio del CEN no funcionó como se esperaba durante el apagón del 25 de febrero, a pesar de que la auditoría externa ya había sugerido corregir las fallas encontradas.
‘No se puede ignorar la voz de alarma que representó este informe’, afirmó un experto en energía consultado. ‘Es inaceptable que millones de chilenos se hayan visto afectados por un problema que pudo haberse evitado si se hubieran tomado las medidas necesarias a tiempo’.
