A más de un año del mayor incendio urbano en la historia reciente del país, el proceso de reconstrucción en Viña del Mar no supera el 20 %. Miles de familias siguen viviendo en condiciones precarias, sin agua ni luz, mientras se aproxima un nuevo sistema frontal. Vecinos denuncian abandono, burocracia y falta de coordinación estatal.
Por Redacción Regional
A más de 16 meses del megaincendio que arrasó con cerros completos de Viña del Mar y dejó 137 personas fallecidas, la reconstrucción sigue estancada. Según datos del Ministerio de Desarrollo Social, apenas un 20 % del proceso ha avanzado, mientras miles de damnificados siguen viviendo sin acceso a agua potable, electricidad ni conectividad vial adecuada. El anuncio de un nuevo sistema frontal para esta semana ha reactivado la alarma en sectores donde las carpas y las viviendas de emergencia son la única protección contra el invierno.
La catástrofe ocurrida en febrero de 2024 fue la más grave desde el terremoto del 2010 en Chile, con cerca de 14 000 viviendas destruidas y más de 40 000 personas damnificadas. Sin embargo, la respuesta del Estado ha sido lenta, fragmentada y, en muchos casos, insuficiente. En zonas altas como El Olivar o Villa Independencia, vecinos denuncian abandono, con módulos sin aislamiento, caminos aún intransitables y servicios mínimos inexistentes.
Durante las últimas semanas, agrupaciones de afectados han intensificado sus protestas, incluyendo huelgas de hambre para exigir que el Gobierno cumpla sus compromisos. La crítica apunta no solo a la demora de obras concretas, sino también a la falta de coordinación entre los niveles municipal, regional y nacional, que ha derivado en trámites burocráticos interminables, duplicidad de diagnósticos y promesas sin ejecución.
En terreno, muchos damnificados relatan que ni siquiera han podido regularizar su situación habitacional, ya que perdieron documentos en el incendio y el sistema de acreditación estatal no ha contemplado mecanismos ágiles ni excepcionales. La entrega de subsidios sigue siendo lenta, y hay familias que no han recibido ningún tipo de apoyo material desde hace meses.
La Municipalidad de Viña del Mar ha implementado algunas reparaciones menores, como bacheo de calles o limpieza de quebradas, pero los vecinos lo consideran “parches” que no resuelven la falta de soluciones habitacionales reales. Frente al pronóstico de lluvias y vientos intensos, la preocupación crece en sectores precarios, donde las viviendas provisorias no resisten las condiciones climáticas del invierno.
Mientras el Gobierno afirma que el proceso de reconstrucción avanza “según lo planificado”, en los cerros de Viña del Mar, la realidad es otra: familias que lo perdieron todo enfrentan el segundo invierno consecutivo sin casa, sin servicios básicos y con la esperanza puesta —una vez más— en que la próxima promesa sí se cumpla.
