Desde que asumió la presidencia, Donald Trump prometió llevar a cabo la mayor campaña de deportación en la historia de Estados Unidos. Sin embargo, lo que realmente ha entregado hasta ahora es un aumento drástico en las detenciones por parte de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), llenando las instalaciones de detención de inmigrantes en todo el país. Esta escalada en las acciones de ICE, con arrestos en lugares de trabajo, tribunales y hogares, provocó protestas en Los Ángeles, magnificado por la decisión de Trump de desplegar la Guardia Nacional de California.
Los datos revelan que las detenciones han más que duplicado desde que Trump tomó el mando, con un incremento del 25% en el promedio de personas detenidas bajo su administración. En contraste, durante la era Biden, la mayoría de los detenidos eran personas que acababan de cruzar la frontera. Esta tendencia ha mostrado un cambio significativo en la forma en la que se ejecuta la política de inmigración en el país.
Recientemente, Trump expresó su deseo de incrementar la capacidad de detención de ICE de 50,000 a 100,000 camas, lo que podría acelerar las deportaciones. Hasta abril, la administración reportó más de 139,000 deportaciones, cifra que se fue elevando a más de 207,000, gracias a los recientes esfuerzos más intrusivos de los oficiales inmigratorios. Sin embargo, el número total se mantiene relativamente estable, a pesar del aumento de arrestos en el interior del país.
Trump también busca incrementar el financiamiento para estas operaciones, proponiendo miles de millones de dólares en un nuevo proyecto de ley. Sin embargo, se enfrenta a la dificultad de encontrar países receptores para los deportados. Desde planes de enviar migrantes a una prisión notoria en El Salvador hasta un despliegue en Guantánamo, su enfoque ha sido tan controversial como poco ortodoxo.
Finalmente, en un intento desesperado por cumplir sus promesas, la administración ha incentivado a los migrantes a regresar voluntariamente a sus países de origen ofreciendo $1,000 y un vuelo gratis. Pero, a pesar de estos incentivos, la realidad es que muchos inmigrantes no están abandonando el país al ritmo esperado.