Las AFP están atravesando un proceso de reflexión y cuestionamiento respecto a su funcionamiento interno. Este escenario se da tras la presentación del presupuesto anual por parte de Paulina Yazigi, presidenta de la Asociación de AFP. Al revisarlo, los ejecutivos de la industria expresaron su descontento al notar que los montos no se alinean con la nueva realidad del sector pesar de la reciente reforma de pensiones.
La Asociación, que obtuvo $5.189 millones en cuotas ordinarias el año pasado, ahora enfrenta un futuro incierto. Los cambios se impusieron con la nueva legislación que transforma el sistema de AFP en uno de pensiones mixto. “No corresponde que le llamemos sistema de AFP”, expresó el ministro de Hacienda, Mario Marcel, aludiendo a las modificaciones que se avecinan.
Con la presión de ajustar su enfoque y sus límites presupuestarios, las AFP han comenzado a evaluar si mantendrán los gastos en campañas publicitarias y estudios que previamente consideraban indispensables. En un contexto donde buscan reducir costos y mejorar la eficiencia, estos cambios son más que necesarios.
Programas como “Mis Beneficios AFP”, que ofrecía descuentos en diversas categorías a afiliados y pensionados, se encuentran en la cuerda floja. A pesar de su éxito, el costo y el impacto de dicho programa han llevado a la Asociación a reconsiderar su continuidad.
Por otro lado, las cuotas ordinarias que paga cada administradora de fondos varían según su tamaño. Sin embargo, el panorama para el gremio se presenta desafiante, dado que se requiere un recorte significativo si se quiere afrontar la nueva competencia y menor rentabilidad impuesta por la reforma.
Así, el futuro de las AFP no solo depende de su habilidad de adaptarse a los cambios, sino de cómo gestionan sus recursos y ajustan sus estrategias ante esta nueva realidad que, aunque aplazada, ya no pueden ignorar.