El reciente caso de Maximiliana Amaro Mamani, una mujer aymara de 85 años, ha dejado a la comunidad de Tarapacá con más dudas que certezas. El Servicio Médico Legal ha entregado a la Fiscalía los resultados de la autopsia, que revelan que la causa de su fallecimiento fue un traumatismo encefalocraneano cerrado. Esta información ha llevado a las autoridades a considerar la participación de terceras personas en este trágico suceso.
El fiscal de Iquique, Francisco Almazán, ha declarado que, aunque existen múltiples hipótesis sobre lo ocurrido, “no se puede descartar ninguna”. Esto incluye la posibilidad de que individuos cercanos a la víctima estén involucrados. Las investigaciones no se hacen esperar, con diversas diligencias en curso para esclarecer los hechos.
Una de las acciones más destacadas es el uso de drones en el sitio del suceso, lo que permitirá identificar posibles rutas de ingreso y salida que no sean las principales. Además, las autoridades están llevando a cabo entrevistas con los habitantes de la localidad, buscando obtener más antecedentes que ayuden a determinar la dinámica precisa de los hechos.
Este caso subraya la necesidad de mantener una mirada crítica sobre la seguridad y la protección de nuestras comunidades más vulnerables. A medida que se desarrollen las investigaciones, la expectativa por verdad y justicia crece entre los cercanos de Maximiliana y la población en general.