Un preocupante repunte de casos de tuberculosis está sacudiendo la Región del Biobío. Datos recientes de la Seremi de Salud revelan que en 2024 se registraron 282 casos, lo que se traduce en una tasa de 16.6 por cada 100,000 habitantes, un incremento notable desde los 239 casos y 14.2 de tasa en 2023.
La encargada del Programa de Tuberculosis, María José Chandía, destaca la existencia de poblaciones vulnerables, incluyendo adultos mayores inoculados con condiciones de inmunosupresión y aquellos que habitan en situaciones de hacinamiento. En Talcahuano, el Servicio de Salud reportó un alarmante aumento cercano al 40% en comparación con el año anterior, evidenciando una tendencia que no se puede pasar por alto.
La Red Asistencial del Servicio de Salud Concepción también se suma a la preocupación, con 141 nuevos casos y ocho muertes registradas este año. En la provincia de Arauco, la enfermera del equipo técnico de tuberculosis, Raquel Iturra, reportó un aumento de la mortalidad: seis fallecimientos de 27 pacientes, lo que ha incrementado la tasa de mortalidad de 1.21 en 2023 a 3.37 en 2024.
Iturra comenta que el impacto de la pandemia de COVID-19 afectó significativamente los sistemas de vigilancia de salud pública, llevando a una falta de pesquisa de casos de tuberculosis mientras se priorizaban los estudios del virus SARS-CoV-2. Es crucial retomar el foco en esta enfermadad, especialmente para grupos de alto riesgo como los que viven con pacientes en tratamiento y aquellos con condiciones de salud como VIH/SIDA, diabetes o desnutrición.
La tuberculosis, provocada por el bacilo de Koch, puede afectar otros órganos más allá de los pulmones. Su diagnóstico requiere pruebas moleculares y un tratamiento prolongado de al menos seis meses con antibióticos proporcionados por el sistema público. Es un momento crítico para abordar esta creciente crisis de salud.
