La reciente integración de los yacimientos de Codelco Andina con Los Bronces, controlados por Anglo American, ha sido presentada como un “modelo de complementariedad público-privada” por Máximo Pacheco, presidente del directorio de la cuprífera estatal. Pacheco menciona que este acuerdo representa un enfoque inédito en el mundo, reafirmando su intención de colaborar con el sector privado para el desarrollo de proyectos mineros.
El pacto, resultado de más de una década de negociaciones, espera aumentar la producción de cobre en aproximadamente 120 mil toneladas anuales, lo que posicionaría al distrito minero como uno de los más grandes del mundo. Sin embargo, expertos como la economista Marcela Vera advierten sobre los riesgos de ceder yacimientos a empresas transnacionales en un país que posee un tercio del cobre aún no explotado.
Este camino de integración ha sido catalogado por algunos como un “cambio de paradigma”, donde Pacheco parece estar convencido de que amarrar el futuro de Codelco a alianzas con privados es la clave. No obstante, este objetivo ha generado críticas, tanto en términos económicos como legales, ya que expertos sostienen que tales contratos pueden ser inconstitucionales, y que el modelo de Pacheco echa por tierra promesas de nacionalización más justa expuestas durante la campaña de Gabriel Boric.
El cuestionado modelo de gestión establece un gobierno corporativo inspirado en sociedades anónimas, lo que ha llevado a la estatal a pérdidas significativas en los últimos años. La entrega de yacimientos y el proceso de tercerización también han suscitado críticas, ya que, a menudo, los trabajos encargados a privados terminan dejando incompletos o mal ejecutados, incrementando los costos de producción.
Finalmente, los escollos legales en la integración de yacimientos y la potencial pérdida de control sobre los recursos naturales del país marcan un escenario preocupante sobre el futuro del cobre en Chile, haciéndose eco de las dudas sobre si esta “colaboración público-privada” es realmente el camino al progreso o el inicio de una nueva fase de privatización de los recursos naturales.