Después de un paro de 72 horas y una masiva marcha en las calles de Santiago, la presidenta de la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipal (Confusam), Gabriela Flores, lanzó una advertencia clara al Gobierno: si no se inicia un diálogo pronto, la confederación tomará medidas más drásticas en abril.
Las quejas vuelven a girar en torno a la violencia en los recintos de salud y la cada vez más preocupante falta de liquidez en el Ministerio de Salud. Desde la Confusam denunciaron incumplimientos en el Plan de Seguridad que debería garantizar la protección de los trabajadores y usuarios, así como retrasos significativos en las transferencias de recursos necesarios para cubrir las necesidades básicas del sector.
Flores no se guardó nada y acusó públicamente a la actual ministra de Salud de haber descuidado la atención primaria, calificación que se amplía al señalar como un fracaso el programa destinado a universalizarla. La promesa de una salud accesible y de calidad se desvanece ante la falta de acciones concretas.
El horizonte para la salud pública no pinta bien. La tendencia apunta a que si el Gobierno no toma cartas en el asunto para propiciar el diálogo, lo que se avecina en abril podría elevar la tensión y traer consigo consecuencias aún más serias para el sistema de salud y sus usuarios.